Sigue el diario Symbaroum de Markus el trocalengo, (aquí puedes leer la primera parte). Cualquiera diría que está siendo más peligroso el descanso en Fuerte Espina que la aventura en el Davokar.
Onceavo. Malas noticias.
“… espero y me recupero en el Curro en Brezoscuro. Alevia me ha dado un tazón de su magnifica sopa, y la acompaño de un destilado de mi propia invención, otros dirían que innecesariamente picante, pero este es mi veneno y me gusta así. Nadie hubiera pensado que una pizca de veneno de gato víbora añadiera tal sabor a la mezcla. No tengo que esperar mucho, la muchacha llega con la nota entregada por el novicio en las manos: el padre Sarvola ha cumplido con lo que prometió. La chica es todo ojos, envuelta en ropas que apenas son harapos. Se sienta junto a mí en un silencio devastado. Con un gesto a Alevia encargo otro tazón y pan, y dejo a mano mi frasco de aguardiente, lo va a necesitar. Le confirmo lo que ya sabe, que su hermana falleció e intento evitarle las peores notas de ese concierto terrible: le entrego la carta que dejó sin terminar y le confirmo que solo ella fue causante de su muerte.