WATCHMEN, por Luis De Santiago

WATCHMEN Cómo cambió mi vida y porqué debieras leerlo (en el improbable caso de que no lo hayas hecho)

Hubo una época en la que pensaba que todos los comics eran sin excepción productos para adolescentes en los que aparecían tíos con músculos monstruosos y tías con tetas portentosas, y que carecían de argumento. Naturalmente pasaba de los comics y miraba a los que los consumían como bichos raros.

De algún modo, unos amigos míos (ellos saben quienes son) a los que nunca estaré lo bastante agradecido me dejaron un comic para leer. Se llamaba «Sandman: El sonido de sus alas». Ni que decir tiene que mi opinión al respecto de los comics ha cambiado bastante desde aquellos tiempos. Y ha habido una serie de comics que han sido claves en este cambio. Entre ellos están Sandman, Watchmen y V de Vendetta. Hoy por hoy opino que un gran porcentaje del comic que se produce sigue siendo basura, pero que entre toda esa basura hay algunas auténticas joyas. Pero dejémonos de charlas, vamos a hablar de Watchmen:

Había oído hablar mucho de él, sobre todo a mi querido amigo David, pero en cualquier caso, fui bastante reticente a leerlo. Ocurrió, como quien dice, por accidente. Estaba yo en una tienda de comics y allí estaba expuesto, en inglés, naturalmente (ya que en español no se había reeditado aún). Mi primera aproximación fue hojearlo un poco, y vi un comic aparentemente normal, con dibujo bastante clásico, un color plano, bastante superado hoy día, ahí tenemos un tío de azul tirando un rayo por la mano, ¡coño, si hasta hay páginas con texto!. El riesgo era evidente, pero decidí echarme adelante, ¡y me lo compré!. De vez en cuando tengo prontos de este estilo, que en muchas ocasiones me han conducido a comprar comics impresionantes.

En fin, que puedo decir, apenas empezada la primera página, me di cuenta de que aquello no era como esperaba. Me leí el primer capítulo 2 o 3 veces antes de empezar con el segundo. Cada vez que lo leía me daba cuenta de cosas nuevas. Para cuando acabé al capítulo 6 me empecé a replantear mis conceptos. Y llegado un punto, no lo pude dejar hasta que no terminé. De modo que voy a intentar analizar un poquito algunas de las cosas que más me han llamado la atención de tan magna obra:

En primer lugar, mencionar el impresionante uso que se hace del lenguaje del comic. Me explico: El lenguaje de un libro son «solamente» palabras, que tienen un significado, una métrica, etc… En una película, el lenguaje consiste en imágenes acompañadas de sonido, es decir, ves imágenes (frecuentemente personajes) y oyes sonidos (frecuentemente música y palabras).

Entonces: ¿Cuál es el lenguaje del comic?.

Un error muy frecuente es considerar que el lenguaje del comic es el del libro. En primer lugar, está la cuestión del espacio. A excepción de «Makinavaja», un comic no puede contener tanto texto por página como un libro. Sin embargo hay autores que se limitan a llevar el peso de la narración del comic en el texto, y los dibujos son apenas adornos. Otro error muy frecuente es pensar que el lenguaje del comic es el de las películas, y que es visual, y que el texto es solamente un acompañamiento para los dibujos, llegando a ser en algunos casos única y exclusivamente diálogo.

Digo que estos planteamientos son erróneos porque limitan bastante el comic. En realidad, el paso de la narración del comic reside tanto en el dibujo como en el texto, como en lo que ni es dibujo ni es texto (por ejemplo, las formas y orientaciones de las viñetas, las tipografías, y los espacios entre viñetas y el color de fondo de la página son factores que pueden aportar bastante a la narración). Además, debemos de tener en cuenta que los diálogos que tienen lugar en los comics no son como los de las películas. Si en una película hablan dos personajes simultáneamente, no se entiende a ninguno de los dos, sin embargo, en el comic se puede entender a ambos.

En resumen, y para no aburrir: El comic tiene un lenguaje propio. No muchos autores hacen un uso rico de él. Alan Moore es uno de esos pocos privilegiados. Concretamente, ya desde la primera página, vemos como la imagen sigue un curso cuando el texto procede del diario de Rorschach. Es decir, lo que vemos y lo que leemos no es lo mismo. También llama la atención la forma de los «bocadillos» de Rorschach, o del Dr. Maniatan.

Por otra parte, dado que la velocidad de lectura del comic no es la velocidad de visionado de una película, las imágenes del comic pueden estar más cargadas de detalles aparentemente casuales (pintadas en las paredes, posters a medio despegar…). También es muy interesante el juego de la repetición de secuencias que se produce al final del capítulo 2 (vemos una secuencia que ya hemos visto en el capítulo 1), con otro texto, y desde luego, con otro significado absolutamente diferente.

Llama la atención en los capítulos 3, 5, 8, 10 y 11 unas secuencias en la que un chico está leyendo un comic mientras pasan cosas a su alrededor (premio para el que conozca al comprador del capítulo 3), y las imágenes que vemos son las del comic con el texto del comic, pero también se filtra parte de lo que pasa fuera. O lo contrario, vemos lo que está sucediendo fuera del comic, y parte del texto del comic. Me gustaría conocer al director de cine que piense que puede hacer eso.

El capítulo 4 es una locura, definitivamente uno de mis favoritos, con continuos flash-backs, saltos adelante y atrás en el tiempo. El capítulo 5 tiene una característica curiosa. La forma de las viñetas a lo largo del capítulo es simétrica (es decir, la primera página tiene una distribución idéntica a la última, etc…) fundiéndose en una doble página central. Y unos cuantos de millones de detalles que se me han pasado por alto.

En segundo lugar, me gustaría hacer hincapié en el hecho de que un comic, como una película, como un libro, es en el fondo una historia narrada de una forma concreta, lo que viene a significar que si la historia es mala, poco pueden hacer el escritor o el dibujante para hacerla atractiva (bueno, lo admito, si pones a unas cuantas superheroínas con mallas ajustadas metiéndosele en el … ¡¡¡bueno, ya me entendéis!!!, quizá lo haga más interesante para cierto público).

En este caso, la trama de la historia es interesante, está narrada de forma magistral y tiene personajes impresionantes. Hablemos de ellos: Un grupo de «vigilantes enmascarados» que se dedica a detener a maleantes, hasta que llega el superhombre. Merecen mención especial el comediante, Ozymandias, Rorschach y Dr. Manhattan. Buena parte del hilo conductor de la narración lo llevan Rorschach y Dr. Manhattan.

Rorschach es un fascinante personaje. Está completa y definitivamente loco, paranoide, antisocial, lo tiene todo, pero tiene la propiedad de que es incluso capaz de contagiarte de sus sentimientos. El capítulo 6 es un capítulo prácticamente dedicado a presentarle bien, y es en pocas palabras, A-CO-JO-NAN-TE.

Dr. Manhattan es el superhombre. Es el otro personaje que recibe un capítulo entero de presentación. Y aquí es donde más fácilmente podía haberse pillado los dedos el Sr. Moore, y es uno de sus mayores triunfos. Es una de las 2 encarnaciones del «arquetipo» del superhombre que considero creíbles. La otra también es de Moore (ver los dos últimos capítulos de la etapa Moore de Miracleman).

El dibujo de Dave Gibbons es bueno, de hecho, y teniendo en cuenta que es de los años 80, es muy bueno en comparación con lo que había por aquellos entonces. De un marcado corte realista, da un tinte más creíble (¿cotidiano, quizá?) a la historia, que, recordemos, hasta la aparición de Doc. Manhattan, es una historia de «vengadores enmascarados». Quizá lo que se pretendía era un dibujo que fuera suficientemente bueno para poder narrar la historia, pero no lo bastante para distraer la atención de ella. En cuanto al color, era el que había por aquellos entonces, y no hay más que decir. Quizá si se hubiera hecho hoy día, sería otra cosa. Solamente podemos especular acerca de qué habría sido.

En resumen, si has leído hasta aquí, existe una probabilidad del 95% de posibilidades de que ya lo hayas leído. Si estás entre el 5% restante, te recomiendo que intentes conseguir una copia (te lo tendrán que dejar, o tendrá que ser en inglés, porque se volvió a agotar, y nadie sabe si se volverá a publicar), y compruebes lo que te digo. Si después de leerlo no quedas satisfecho, te lo recompro.

Escrito por Luis De Santiago, programador, rolero, lector y jugón en general.
Escribió esto cuando tenía 26 años y llevaba leyendo tebeos 3 años.

Share:
Written by Dovesan
Y a veces, cuando caes, vuelas.